Escucha esta información Escuchar

16 abr 2014

El Servicio de Otorrinolaringología de Valdecilla se suma a la celebración del Día Mundial de la Voz

En 2013 el hospital atendió cerca de 200 pacientes con problemas de voz, siendo el período entre 25 y 45 años la edad de mayor prevalencia 

Santander 16.04.2014

El Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla se ha sumado a la celebración del Día Mundial de la Voz que ha tenido lugar hoy, dirigido a concienciar y sensibilizar a la población sobre la importancia de la voz como principal medio de comunicación, como conservarla en buen estado, como cuidarla, cuando se debe consultar al especialista y como se diagnostican y tratan las patologías.

Dentro de los actos se incluye también una charla abierta a todo el público que tendrá lugar en el Colegio Oficial de Médicos de Cantabria el próximo 30 de abril para hablar sobre la voz.

Según han explicado los doctores Antonio Rubio y Aurelio González-Riancho, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de Valdecilla y médico adjunto, respectivamente, en los últimos años se ha experimentado un llamativo aumento de los recursos terapéuticos y diagnósticos en la patología de la voz y una mayor demanda de atención por parte de los pacientes.

De hecho, el Servicio de Otorrinolaringología de Valdecilla atendió en 2013 a cerca de 200 pacientes por problemas de voz.

De acuerdo con los datos epidemiológicos, alrededor del 5% de la población sufre algún trastorno de la voz que requiere de atención por médico otorrinolaringólogo, siendo el período entre 25 y 45 años la edad de mayor prevalencia de los problemas vocales.

Por su parte, los profesionales de la voz (docentes, cantantes, locutores) son los que consultan más rápidamente, siendo los problemas vocales la segunda causa más frecuente de baja laboral entre los profesores de colegio, ya que un 22,5% presenta alteraciones de la voz

En la mayoría de los casos en la etiología de la disfonía existe un mal uso y abuso vocal (esfuerzo vocal). En general, las disfonías se clasifican en funcionales y orgánicas. En las primeras no se existe una lesión anatómica evidente y en las segundas si. Un mal uso y abuso vocal puede desencadenar ambas patologías.

En cuanto a patologías, la benigna más frecuente de las cuerdas vocales son los nódulos, representando entre el 17-24%  de los casos. Esta patología predomina en mujeres, entre la segunda y quinta década de la vida, mientras que en la infancia son más frecuentes en los niños.

A nivel quirúrgico, la patología benigna más frecuente de las cuerdas vocales son los pólipos vocales, que predominan entre los varones, generalmente entre la tercera y la quinta década de la vida.

Por sexos, las mujeres sufren más trastornos de la voz que los hombres, y la disfonía funcional es el trastorno más frecuente en ellas.

En lo que respecta a los niños, al igual que en los adultos, el trastorno vocal puede ser debido a una alteración anatómica de la laringe o bien a una disfunción entre los diferentes órganos y aparatos que intervienen en la fonación. Las estadísticas muestran que el 30-40% de la población infantil en edad escolar presenta disfonía. Al contrario que en el adulto, antes de la pubertad la disfonía es más frecuente en los niños que en las niñas. La patología más frecuente en ellos son los nódulos (50-80% de las disfonías).

Pruebas diagnósticas y quirúrgicas

Los doctores Rubio y González-Riancho han explicado que actualmente se conoce mejor la anatomía de las cuerdas vocales y la fisiopatología de la vibración de las mismas lo que permite hacer mejores diagnósticos e indicar mejor el tratamiento. Los tratamientos, han añadido, especialmente los quirúrgicos, se realizan de forma que respetan más el mecanismo de producción vocal, con lo que hay resultados mejores y menos complicaciones.

Además, el avance de recursos y equipamiento ha implicado una mejora de las pruebas diagnósticas mediante excelentes imágenes de la vibración de las cuerdas vocales. Entre estas pruebas destaca la estroboscopia, que consiste en ver la vibración de las cuerdas vocales, como si se movieran a cámara lenta cuando en realidad vibran entre 100 y 200 veces por segundo.

Mediante los estroboscopios actuales, con más iluminación y con digitalización de la señal se consiguen unas imágenes excelentes que ayudan mucho al diagnóstico.

También se dispone de equipos de análisis vocal. Estos aparatos hacen posible grabar la voz de los pacientes con un micrófono de alta calidad y pasarla, previamente digitalizada, por un equipo de análisis vocal instalado en un potente ordenador. Esto permite medir las irregularidades de la vibración de las cuerdas vocales y la presencia de ruido (aire que se escapa entre las cuerdas). Estas mediciones pueden cuantificar el grado de lesión de la voz y valorar de forma objetiva y automática la mejoría o el empeoramiento de la voz.

Los avances también se han hecho extensibles al ámbito quirúrgico, sobre todo a través de la fonocirugía, que implica una actuación más conservadora y limitada sobre las cuerdas vocales con el fin de mejorar o modificar la emisión de la voz.

De hecho, se han diseñado instrumentos quirúrgicos que permiten a los otorrinolaringólogos acceder con más facilidad a las cuerdas vocales del paciente cuando se le opera con anestesia general. Igualmente se han diseñado microinstrumentos de gran precisión que les permiten ser muy delicados y minuciosos en la manipulación de los frágiles tejidos de las cuerdas vocales.

En materia de avances, los doctores Rubio y González-Riancho han citado también el habernos dado cuenta de la importancia que tiene el trabajar en equipos multidisciplinares dirigidos por el médico otorrinolaringólogo, que es a quien acuden los pacientes disfónicos, y constituidos por logopedas, profesores de canto e incluso psicólogos.

Cuidado de la voz

Los especialistas en otorrinolaringología han señalado que aunque la voz se utiliza a diario para hablar, la mayoría de las personas se dan cuenta de su importancia sólo cuando esta falla. Normalmente se trata de problemas temporales, como sucede en el caso de una ronquera o disfonía ocasionada por un resfriado, una faringitis o por fatiga vocal después de haber hablado durante mucho tiempo o haber tenido que forzar mucho la voz para ser escuchado. También existen patologías específicas, como nódulos, pólipos o tumores, que exigen tratamientos más complejos y, en ocasiones quirúrgicos.

Entre las normas para el cuidado de la voz, los doctores Rubio y González-Riancho han señalado:

1.- Evitar el ruido ambiente, que obliga a hablar a un volumen superior. Cuando al ruido se le suma la polución del ambiente (humo) y la irritación interna (alcohol) se obtienen las peores circunstancias para ejercer el habla.

2.- No hablar por encima de nuestras posibilidades, ya que cuando se sobrepasan esos límites aparece la disfonía y la predisposición a padecer enfermedades vocales. Por lo general se puede hablar 4 horas y se puede cantar 2 horas diarias.

3.- Utilizar bien los recursos vocales, lo que incluye no hablar agotando todo el aire de los pulmones de esa forma nociva en que se notan las venas del cuello. Cuando se notan las venas del cuello al hablar significa que gritamos o agotamos el aire. El notarse las venas  significa que hay tensión muscular que se transmite a las cuerdas vocales, las cuales sufren con facilidad.

4.- Evitar los tóxicos (tabaco), ya que, además de la irritación, más de 4-5 cigarros al día provoca metaplasia de la mucosa. Por su parte, las bebidas alcohólicas y con cafeína extraen agua del cuerpo y disminuyen la lubricación necesaria para las cuerdas vocales. Otro factor que puede afectar la lubricación es un medio ambiente de aire seco ya sea por aire acondicionado, por poca humedad en el aire (aviones) ó por sequedad climática.

5.- Evitar el aclarado de garganta y toser con fuerza, ya que son acciones traumáticas para las cuerdas vocales.

6.- Dormir lo suficiente y evitar los gritos y las tensiones psicológicas. La voz es muy sensible a la falta de sueño, por lo que dormir menos de 6 horas produce cansancio vocal y predisposición a las lesiones vocales. La falta de sueño es lo primero que notan los cantantes para producir disfonía. Los gritos pueden producir lesiones del tipo de hemorragias o traumatismos que provoquen nódulos. La tensión psicológica aumenta el grado de contracción de las cuerdas y predispone a las lesiones.

7.- Hablar poco en caso de laringitis, debido a que cuando se tiene una inflamación de las vías respiratorias superiores (catarros) hay una congestión de la mucosa de las cuerdas que pueden producir hemorragias y otras lesiones estructurales cuando se usa la voz, incluso en tiempos limitados.

8.- Buena salud general, ejercicio y alimentación equilibrada.

9.- Acudir al otorrinolaringólogo cuando haya disfonía de más de 15 días de evolución.

Finalmente, los doctores Rubio y González-Riancho se han referido a los requerimientos para tener una voz óptima, incluyendo una buena respiración y buen soporte diafragmático; aprender a usar la voz con el menor esfuerzo y tensión que sea posible, tomar pequeñas respiraciones al hablar largas oraciones; mantener un patrón de fonación suave, continua y con una articulación clara; relajar el cuello, mandíbula y cara; colocar la voz apropiadamente; hablar a una velocidad normal; y usar una buena entonación al hablar.